Las Nubes Atmosféricas Marrones (ABC, siglas en inglés), un fenómeno formado por diversas partículas tóxicas creadas por el hombre, abarca desde Pekín hasta la península Arábiga, con un efecto acelerador del cambio climático, según un informe de la ONU.
El estudio, elaborado por el Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas y que se dio a conocer hoy en Pekín, concluye que estas formaciones, algunas de ellas con más de 3 kilómetros de espesor, tendrán un impacto directo sobre el medio ambiente, la agricultura y la salud de los habitantes del planeta.
Pekín es una de las principales ciudades asiáticas afectadas por las ABC, compuestas de hollín y otras partículas tóxicas, junto con Bangkok, Dacca (Bangladesh), Karachi (Pakistán), Calcuta, Bombay, Nueva Delhi, Seúl, Shanghai, Shenzhen y Teherán, debido a sus altos índices de contaminación.
A causa de estas nubes marrones, estas ciudades están perdiendo entre un 10 y un 25 por ciento de luz solar desde la década de 1950, según el informe.
La ciudad china de Cantón, por ejemplo, ha reducido su recepción de luz solar en un 20 por ciento desde los años 70.
Además, estas nubes multiplican el efecto invernadero y, con ello, precipitan el cambio climático, ya que partículas como los sulfatos reflejan la luz del sol y enfrían la superficie, mientras que el hollín absorbe esta luz y calienta el aire.
Las ABC actuarán de manera directa sobre los glaciares del Himalaya, fuente de los ríos de gran parte de Asia, hecho que podría acarrear periodos de sequía en la región.
En cuanto a la salud humana, las nubes marrones se traducirán en problemas respiratorios y cardiovasculares cada vez más frecuentes.
Estas nubes marrones también existen en buena parte de Norteamérica, Europa, el sur de África y el Amazonas.
El estudio, elaborado por el Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas y que se dio a conocer hoy en Pekín, concluye que estas formaciones, algunas de ellas con más de 3 kilómetros de espesor, tendrán un impacto directo sobre el medio ambiente, la agricultura y la salud de los habitantes del planeta.
Pekín es una de las principales ciudades asiáticas afectadas por las ABC, compuestas de hollín y otras partículas tóxicas, junto con Bangkok, Dacca (Bangladesh), Karachi (Pakistán), Calcuta, Bombay, Nueva Delhi, Seúl, Shanghai, Shenzhen y Teherán, debido a sus altos índices de contaminación.
A causa de estas nubes marrones, estas ciudades están perdiendo entre un 10 y un 25 por ciento de luz solar desde la década de 1950, según el informe.
La ciudad china de Cantón, por ejemplo, ha reducido su recepción de luz solar en un 20 por ciento desde los años 70.
Además, estas nubes multiplican el efecto invernadero y, con ello, precipitan el cambio climático, ya que partículas como los sulfatos reflejan la luz del sol y enfrían la superficie, mientras que el hollín absorbe esta luz y calienta el aire.
Las ABC actuarán de manera directa sobre los glaciares del Himalaya, fuente de los ríos de gran parte de Asia, hecho que podría acarrear periodos de sequía en la región.
En cuanto a la salud humana, las nubes marrones se traducirán en problemas respiratorios y cardiovasculares cada vez más frecuentes.
Estas nubes marrones también existen en buena parte de Norteamérica, Europa, el sur de África y el Amazonas.
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